Historia de éxito
- Mauricio Batallas Bustamante

- 3 may 2014
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 14 ene 2021
Cada historia de éxito que encontramos en el camino es un llamado de atención. Es como si el Creador mismo quisiera decirnos algo sobre la intensidad de la vida. Sin embargo, cada uno, en la medida de sus recursos internos, asume o no el reto de escucharlo.
El protagonista de este video, Christopher Maloney, un hombre 34 años, desconocido por el mundo hasta hace poco, nos muestra cómo la confianza de una persona significante –su abuela– le permitió mostrar su talento asombrando a miles de personas. Luego de mirar el video y, por qué no, soltar una lágrima al sentirme conmovido por su participación, encuentro tres puntos que quisiera plasmarlos en este escrito sobre esta historia de éxito:
1. Ser significante
La vida de cada ser humano es independiente, individual, con un propósito específico y único. No obstante, tal independencia humana, sólo se hace visible a partir de una sociedad circundante. Es decir, nadie puede expresar su individualidad sino tiene una sociedad con la cual compararse. Pero esa misma sociedad envuelve, cuadra, empaqueta y almacena los talentos e individualidades que encuentra a su paso, en su afán de unificarlo todo a sus propias conveniencias productivas y luego distribuirlo en partes no representativas de seres únicos, sino como componentes no representativos de un todo. De esta manera, vemos seres humanos mutilados emocionalmente considerandose parte dependiente de la sociedad que habitan, con poco o ningún conocimiento de sus posibilidades únicas e independientes, pero con un alto grado, eso sí, de insatisfacción, temor y despropósito que no llega saciarse con las migajas que esa sociedad entrega a cambio de pertener a ella. En esa dinámica, aparece y desaparece la vida de muchos sin llegar a un mínimo conocimiento de su propia existencia.
Sin embargo, aunque esta descripción suena apocalíptica, existen posibilidades y una de ellas, quizá la más importante, es que hay personas que, entendiendo su condición de seres también mutilados emocionalmente por la sociedad, aportan, creen y generan posibilidades a otros que se encuentran en la búsqueda, pero que día a día son opacados por esa sociedad que no le gusta perder a sus componentes de masa, consciente o inconcientemente. Estas personas deben ser seres significantes, figuras de seguridad y credibilidad en quien el sujeto haya depositado su confianza en más de una ocasión sin sentirse opacado o despreciado. Son personas no perfectas, pero sí conscientes de su existencia, que buscan la libertad del egoísmo social promovido a diario. Son personas dispuestas a dar, a confiar, a creer que deben existir otras formas de vivir esta vida. Son personas que por ganancia tienen la transcendencia en los recuerdos gratos de quienes ayudaron a vivir en libertad. Estas personas no necesitan de un título, de una designación o posición, sino que se trata de seres humanos más bien simples, sin posturas prefabricadas o nombres rimbombantes, pero que saben de alguna manera que la muerte no está para quienes viven de manera honesta y significante.
Christopher tuvo a su abuela como ser significante para tomar el reto. Y tú ¿tienes una persona significante en tu vida? ¿Estás viviendo de manera significante para alguien? ¿Alguien te considera significante en su vida?
2. Vencer los temores
Bajo ninguna circunstancia me atrevería a decir que Christopher ha descubierto su propósito de vida luego de su gran presentación, pues un acto no determina una existencia, pero sí puedo afirmar con mucha convicción que su éxito obtenido le muestra un camino a seguir como inicio de su desarrollo personal; a qué sitio le lleve ese camino, dependerá en mucho de los recursos que esté dispuesto a desarrollar en su proceso. Sin embargo, el proceso que tiene cada uno de descubrir el propósito de su vida, se parece en mucho a lo vivido por el protagonista de este escrito, pues requiere de vencer los temores propios, reforzados y/o adquiridos a través de la sociedad circundante.
Christopher menciona en una parte de su entrevista previa, que le tomó varios años armarse de coraje para postular. Este coraje, sin embargo, no le liberó de temores, de nervios o de cualquier impedimento emocional sentido, sino que le permitió enfrentarseles con valentía y sobrepasarlos. Porque la valentía no se da en ausencia de temor sino en presencia y pleno funcionamiento de este. Este paso, el autoreconocimiento de sentirse vulnerable ante tal o cual situación, es imprescindible para iniciar el camino al autodesarrollo. Los temores probablemente permanecerán a lo largo de la vida utilizando a la sociedad para hacernos conocer sus astucias, pero mientras decidamos enfrentarlos se auyentarán y debilitarán cada vez más. No obstante, debemos estar preparados pues, ningún temor quiere ser apartado o debilitado, así que darán lucha utilizando varias artimañas como la sensación de fracaso, las palabras de los bomberos de la felicidad, diciéndote en más de una ocasión que no sirves para eso, que estás loco por intentarlo, que eres un soñador, que para qué hacerlo, para qué intentarlo, entre otras afirmaciones que no son más que las patadas de ahogado en la guerra liderada por los temores. Aun más, es posible que los resultados no sean los que esperabas luego de tu actuación o de haberlo hecho, pero esto también es parte de tu propio desarrollo.
¿Qué ha sucedido contigo? Has sentido o escuchado alguna de las frases que acabo de describir? Si es así. Recuerda que se trata de los temores de tu vida dando batalla para no dejarse debilitar. Piensa que la historia de tu vida la escribes tú, no tus padres, tus amigos, tus profesores, ni tu pareja, sólo tú y nadie más que tú tiene la responsabilidad de hacer que esa historia sea plena de satisfacciones. No importa el tiempo que tardes, al final te darás cuenta que tu lucha da sentido a tu existencia y muy posiblemente dará esperanza a quienes observen en ti tú valentía.
3. Hacerlo
Una y otra vez he leído revistas, libros y artículos que dictan el camino ha seguir con fórmulas mágicas de éxito en 8, 10, 15 pasos, además de mostrar como ejemplo a quienes ya lo han conseguido con tales fórmulas. Sin embargo, tales pósimas de triunfo que le funcionaron a uno quedan invalidadas en la vida de los demás, simplemente no funcionan o por lo menos no en la misma intensidad que para otros. Es así que sólo queda algo que resulta real para todos quienes han experimentado el éxito y han sido reconocidos como tal, ese algo es el hacerlo! Sólo hazlo! Ni siquiera lo intentes, hazlo!
Hacer lo que se debe es sin lugar a dudas el eje que atraviesa a cada historia de éxito. Más allá de otros factores tales como facilidades, problemas, obstáculos, incapacidades y conceptos de capacidades internas. Quien hace, toma la iniciativa y genera nuevos espacios de discusión, análisis, trabajo y promueve el desarrollo de muchos. Si usted está atento y ha llegado a leer hasta aquí, es porque Christopher hizo lo que quería, apoyado por su abuela y venciendo sus propios temores hasta motivar este escrito y la ovación de miles de personas para quienes quizá está representando una motivación de vida.
En tu historia ¿haces lo que debes, lo que quieres o esperas a que los demás lleven a cabo sus sueños y te dedicas a observar el crecimiento de los demás?
Finalmente, de la historia de Christopher se puede decir que para experimentar los momentos de satisfacción hace falta tres aspectos: alguien que confíe en ti, vencer tus temores y hacerlo, llevarlo a cabo. Sobre el resultado, siempre es incierto, pero el camino transitado dejará grandes aprendizajes para quien esté dispuesto a aprender.
Por: Mauricio Batallas Bustamante























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